Dramático y único.
Tras la Retro review de Max Payne, que fue estrenada el pasado mes de Mayo, continuar con la serie que había empezado a analizar con Max Payne 3 en los orígenes del Lobo Solitario era una prioridad, una prioridad que pronto se vio amenazada por problemas de consistencia en el blog, exámenes, exámenes y más exámenes.
11 años y cientos de horas de jugarlo después, finalmente llega la -retro- review de Max Payne 2, la joya de Remedy y Rockstar del año 2003.
"En ese instante, más que a nada, la quería a ella."
En el último juego de Max Payne a cargo de Remedy, ellos mismos se lucieron desplegando una narrativa dramática como ninguna, abandonamos la sed de venganza de Max, para meternos de lleno en una mezcla de su obsesión con Mona Sax, lo que siente por ella y las ganas que tiene de ponérsela contra la pared, la ventana, el sofá del living, la mesada de la cocina y prácticamente en donde sea que la viera.
Así es, tras los hechos de Max Payne 1, en el cual supuestamente Mona Sax muere en frente nuestro cerca del final del juego, ahora en Max Payne 2 resulta ser que Mona está viva. La vida de Max había transcurrido medianamente bien hasta que en un momento él la ve viva... y listo se desconfiguró la mente de Max... otra vez.
La obsesión de Max, más que calentura, tal vez sea amor confuso, digo esto porque la manera en la que Max narra las cosas y lo profundo que puede llegar a ser da una sensación de un Max metido en una verdadera encrucijada, pero como dice el tema Clint Eastwood de Gorillaz "remember that it's all in your head!". La mente de Max ha estado sufriendo bastantes deterioros desde la muerte de su familia, y en Max Payne 2 se sigue deteriorando más. En Max Payne 3 curiosamente pareciera que Max finalmente pudo ahogar sus penas tras 9 años de alcohol y pastillas.
Ya no habían más chistes acerca del nombre de Max como sucedió en el primer juego con esas legendarias palabras de dos locos: "Hey, it's the Pain in the butt!" "Pain to the Max!", sino que ahora estamos envueltos en un dramatismo y unas frases tan profundas que podrían poner melancólico hasta al gamer más duro.
"¿La quería? ¿Tenía elección?"
El juego comienza desplegando una vez más el formato de novela gráfica que apareció en en el primer juego, y comienza nada más y nada menos que en el mismo final del juego, con un Max que nos narra sus sentimientos a Mona, para luego comenzar a hablarnos de otra secuencia que la vemos recién en la mitad del juego y que será un corto tutorial a modo de prólogo, para luego comenzar a narrarnos cómo Max abandonó su trabajo en la DEA para volver a ser el policía de Nueva York que era antes de que se mudara a la DEA para perseguir a los que traficaban Valkyr "V" y que causaron la muerte de su familia en el primer juego.
Así entonces Max Payne 2 se dedica a contar la dramática relación amorosa entre Max y Mona, un amor el cual le complica la vida a Max. Mona es una fugitiva, una mujer buscada por la policía. Max lo sabe, pero la ama. Max no quiere ver a Mona en prisión, y la ayuda a escapar, lo cual trae repercusiones negativas en su trabajo.
Es tal el nivel de drama que el juego maneja que en varios momentos me planteé la idea de que Max tenía que haber sido escritor, después de dos juegos con un personaje que dice tantas frases profundas era bastante obvio que el próximo juego de Remedy tendría a un escritor como protagonista. La narrativa de Max Payne 2 es hermosa y trágica, aún más que Max Payne 1, por el hecho de lo poética que es.
El amor mata.
Algunos Viejos amigos de Max Payne regresan, uno de los más importantes es Vladimir Lem, quien compró el "Ragnarock", esa discoteca que aparentaba ser tan normal como el Petru's Disco que está cerca de mi casa y que fue el lugar del primer encuentro de Max y Mona, pero que sin embargo en Ragnarock se realizaban todo tipo de actividades relacionadas con el ocultismo (Daba miedo, y si no me creen vayan a jugar esa parte de Max Payne 1). Bueno, Vlad había comprado ese lugar de mala muerte y lo había transformado en un restaurante llamado "Vodka" (los guionistas de Max Payne 2 no escatimaron en estereotipos con esto).
También regresa Jim Bravura, ese jefe de policía que nos persiguió por todo Max Payne 1 creyendo que Max había sido el que había matado a su amigo Alex en el metro.
Entre idas y vueltas el punto es que Max finalmente quedará solo, en una historia tan dramática era predecible este final, un Max solo que termina volviéndose un alcohólico y adicto a los analgésicos, y que quedará así hasta los sucesos de Max Payne 3.
Y por si se preguntaban, sí, las pesadillas de Max Payne 1 regresan. En este caso no son tan traumáticas como las del primer juego, sino que más que nada están relacionadas con los sucesos que pasan hasta el momento de cada una de ellas. Están fuertemente relacionadas con la relación de Max y Mona.
Un lavado de cara
Aunque entre el primer y el segundo Max Payne transcurrieron sólo 2 años, el salto tecnológico hace quedar prehistórico al primer Max Payne.
Para empezar, los gráficos se ven drásticamente mejorados, los reflejos, la iluminación, las sombras, los personajes, todo está mucho mejor modelado y más cuidado, dando un look bastante bonito para un juego del año 2003.
El formato de novela gráfica tan icónica de la saga también recibe un lavado de cara, cada escena mostrada se ve mucho más linda que en el original, y además Remedy finalmente tuvo los fondos necesarios para contratar actores (Así entonces ya no vemos más a Max Payne siendo interpretado por el mismísimo Sam Lake)
Las dos grandes mejoras en modelado que yo puedo notar es en las armas y los personajes, la calidad de ambos es asombrosa.
Por otra parte tenemos el punto más importante del juego: la jugabilidad.
El juego sigue poniendo mucho enfoque en el Bullet Time tan característico de la saga, sólo que en este juego se siente... raro. Está en el medio entre lo prehistórico que era en Max Payne y lo tan perfecto que es en Max Payne 3. En Max Payne 2, como ya dije, el bullet time se siente raro. Sigue funcionando igual que antes, con las mismas teclas y movimientos, con una nueva animación de recarga agregada.
Una vez más, Max puede llevar todas las armas que recoja, fue una moda en los shooters de esa época (sino pregúntenle a Half-Life, por ejemplo), y recién en Max Payne 3 aparece esa restricción de las armas que Max puede llevar (Que al parecer a Rockstar sólo le importó introducirla en ese juego, porque en GTA V se pueden llevar todas las armas también)
El sistema de carga y guardado manual regresa, el cual nos permite guardar la partida en cualquier momento y cargar desde ese mismo momento el juego en caso de que perdamos o nos vayamos a dormir y después sigamos jugando (?), de todas formas el juego sigue guardando automáticamente después de cada capítulo superado. F5 guardar, F9 cargar. Fácil, sencillo y rápido. Qué tiempos eran aquellos...
Best "mission failed" screen ever.
Voces del pasado
El sonido también recibió una lavada de cara gracias a la nueva tecnología de Max Payne 2, en este caso los sonidos de las armas tienen una mayor calidad y son diferentes, aunque personalmente sigo prefiriendo los del primer Max Payne (Las pistolas de Max Payne 2 y de GTA SA -lanzado un año después- suenan prácticamente iguales, y es un sonido que mucho no me gusta)
El doblaje original sigue siendo estupendo, con el mismo James McCaffrey de siempre como Max Payne, una voz prácticamente reconocible siempre, pero que personalmente creo que todavía estaba en vías de desarrollo, llegando a Max Payne 3 con una interpretación perfecta.
Uno de los mayores aspectos negativos que encuentro es el doblaje al español, Max Payne 2 probablemente es el último de los juegos de Rockstar en llegar doblados al 100% en español, y creo que finalmente entiendo por qué Rockstar decidió no doblar más sus juegos. Mientras que el doblaje en español del primer Max Payne era aceptable, el de Max Payne 2 no me ha agradado para nada. La voz de Max Payne cambió de un tono grueso (Tanto en la versión original en inglés de MP y MP2 como el doblaje español de MP) a un tono similar al que nosotros podríamos hacer con la nariz tapada. En serio, los invito a comparar:
Max Payne (español)
Max Payne (inglés)
Max Payne 2 (español)
Max Payne 2 (inglés)
Como han podido comprobar, casos como éstos terminan causando que yo personalmente deteste al doblaje en español (Y aún no me atrevo a probar juegos cuyo doblaje venga en español latino).
Las únicas excepciones que sí jugaría en español doblado son Call of Duty Modern Warfare 1-3, World at war - Black ops 1-2 y Assassin's Creed 1- Revelations, Max Payne no está en mis excepciones, y si tuviera la chance lo volvería a descargar en inglés puro.
La voz de James McCaffrey me parece una voz muy particular, y que marca muy bien lo que es Max Payne, como lo conocemos y como lo amamos (Así como Troy Baker hace roles estupendos como los de Saints Row 3, Saints Row IV o Catherine, entre otros; y como Nolan North se luce en todos sus roles, desde Desmond Miles hasta Nathan Drake, desde Edward Richtofen hasta Martin Walker)
En fin, poniendo de lado al doblaje, tenemos el soundtrack, el cual acompaña cada momento dramático del juego bastante bien, y como destacado tenemos el clásico tema de Max Payne, el cual siempre es tan dramático y melancólico.
No hay finales felices
¿Esperabas una conclusión larga que te convenciera? ¿Todavía no lo jugaste? Te perdiste de mucho durante esta última década. Si no lo jugaste es hora que salgas corriendo a comprarlo. En el momento de esta review (Últimos días de diciembre) es el momento perfecto para comprar los juegos de Max Payne, el Max Payne Bundle (que incluye Max Payne 1 y 2) está a sólo 2,81 dólares en Steam hasta el 2 de Enero de 2015. No hay excusa para no jugarlo.
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